Muchas falacias se encuentra uno en las teorías de la administración. Tres ejemplos de ello: Uno, que un gerente puede planear el cambio de una organización; dos, que el mundo es predecible; y tres, que un grupo de personas declara el rumbo de una organización para que otros lo implementen. Este tipo de ideas son cubiertas con maestría por Alejandro Salazar, autor del libro La Estrategia Emergente y la muerte del plan estratégico. Si bien esta entrada está basada en el libro, la idea no es reseñarlo, sino motivarlos a leerlo y presentar cinco claves poderosas sobre la estrategia, porque de acuerdo con Alejandro, la planeación estratégica es un oximorón, es decir, si es un plan, entonces no es estratégico, y si es estratégico, entonces no es planeación. "Solo de una conversación poderosa puede emanar una transformación estratégica" Para terminar con el libro, debo decir que es revolucionario en la medida en que confronta nuestra incuestionable fé en la planeación estretégica, y se arriesga a plantear un nuevo paradigma en la gestión. Sus ideas (muy parecidas a las de Nicholas Nassim Taleb en Antifrágil y El cisne negro) destruyen el viejo paradigma de la planeación estratégica y nos invitan a tener conversaciones potentes, frontales y explícitas. En esta entrada utilizo cinco claves de sus poderosas ideas para reflexionar sobre estrategia y su relación con la vida y el trabajo.
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La serendipia se entiende como encontrar algo genial sin estar buscándolo, o estar buscando una cosa y encontrar otra extraordinaria; estos eran los significados más comunes que encontraba en internet. Si se busca la palabra como traducción, uno se encuentra con serendipia como chiripa o suerte. Cuando llegó a mis manos el libro de Taleb: El Cisne Negro, y luego Antifrágil, le hice un seguimiento a la palabra y encontré que la serendipia era algo más que eso.
La serendipia es hacer predicciones acertadas del pasado. Mirémoslo de esta forma, todos sabemos que ocurrirá si ponemos una cubeta con agua en el congelador, cierto? eso sería una predicción del futuro; ahora, una predicción del pasado sería encontrar en una mesa un charco de agua. ¿Por qué está allí? Responder esa pregunta sería hacer una predicción del pasado. Entonces volviendo a las predicciones del pasado, sabemos que necesitamos pistas, señales del medio que nos permitan saber, qué pasó con ese charco en la mesa. La serendipia pueden ser los hallazgos y las conclusiones que solucionan un problema, que resuelven un misterio, al estilo Sherlock Holmes. Les contaré la historia. El término deriva del inglés serendipity, utilizado por Horace Walpole en 1754 en un cuento llamado “Los tres príncipes de Serendip”. Rastreando el cuento de Walpole, encontré que el cuento tiene su orígen en una fábula persa. El cuento persa cuenta la historia de un rey que había dedicado parte de su fortuna a educarlos con los mejores profesores, sin embargo, pensaba que sus hijos necesitaban adquirir la sabiduría y experiencia que el mundo podía ofrecerles, entonces los obligó a realizar un viaje donde la pudieran adquirir. Los muchachos emprendieron el viaje y en el camino, encontraron señales que les permitieron deducir que había un camello tuerto, cojo, al que le faltaba un diente, llevaba a cuestas una mujer embarazada y, además, llevaba miel en un lado y mantequilla en el otro. Cómo sabían todo eso? haciendo predicciones del pasado. Pero, sigamos con el cuento. En el camino, un mercader que había perdido un camello, les preguntó por él; los muchachos respondieron con tantos detalles, que fueron acusados ante el emperador de haberse robado el camello. Serían llevados a juicio y allí tenían la oportunidad de ser escuchados; entonces los jóvenes expusieron sus deducciones:
El camello había comido hierba del lado del camino en que ésta era menos verde, así que debía haber sido ciego de un ojo. Había a lo largo del recorrido montoncitos de hierba masticada, del tamaño del diente de un camello, que debieron caer por el hueco del diente que le faltaba. Las huellas mostraban que arrastraba una pata, así que debía de ser cojo. Había hormigas en un lado del camino, atraídas por la mantequilla derretida, y moscas en el otro, comiendo la miel derramada.
Cuento tomado de: http://www.yorokobu.es/serendipia-ciencia/
El juicio se vió interrumpido por el anuncio de que el camello había sido encontrado. El emperador, encantado por la sabiduría de los tres hermanos, los despidió con regalos, y ellos siguieron su camino. La fama de este cuento en occidente es atribuida a Voltaire, quien lo utilizó en su obra Zadig. El Zadig de Voltaire ayudó a mejorar la comprensión del método científico y la ficción detectivesca. Cuando se habla del método Zadig en la ciencia, se habla de una forma de obtener conocimiento de los hallazgos casuales, las coincidencias felices, eso que ahora llamamos serendipias.
Luego de conocer esta historia, pienso que para que haya serendipia, deben cumplirse dos condiciones; la primera es estar buscando algo, y la segunda, conectar los hechos y explicarlos hacia atrás. La historia de la ciencia está llena de serendipias; el descubrimiento de la penicilina por Alexander Fleming; el método que buscaba Arquímides para medir el volúmen de las cosas; la Ley de la Gravedad de Newton, el descubrimiento del fósforo por Brand cuando buscaba oro; los rayos X, el microondas...Todos estos ejemplos cumplen con esta doble condición. Esta idea extraña de analizar hacia atrás, también ha sido descrita por Huxley, quien lo llamaba “profecías retrospectivas”. Los científicos y los detectives tienen trabajos similares, tienen que predecir el pasado reconstruyendo los hechos y encontrando relaciones causales, de la misma forma como lo hicieron los tres príncipes de Serendip. |
AutorNo estoy esperando NADA. Mi momento es aquí y ahora. Es HOY, es YA. Archivos
Febrero 2024
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