Hace dos años gané una beca para estudiar en Corea. Aceptar significaba cambiar absolutamente todo. Hoy, una foto en Facebook, me recordó que hace dos años empecé ese viaje, y aún no he regresado. No he regresado porque vea con nostalgia lugares y momentos de memoria, no; es porque hay viajes transformadores, que te cambian la forma de ver las cosas, y ese viaje fué uno de ellos. Se viaja para trabajar, conocer, cambiar el paisaje por unos días, presumir de los destinos que uno visita, pero se viaja para transformarse, y esos viajes son los que valen la pena, los otros son puro cuento y salen muy costosos. Los viajes de transformación no se ofrecen en paquetes turísticos de todo incluído, no aparecen en internet. Los viajes de transformación suceden con la complicidad de nosotros mismos. El capitalismo ya ofrece viajes con apariencia de transformación donde someten al cliente a vivir situaciones extremas controladas por el vendedor; donde la experiencia está planeada, casi todo está bajo control, desde la risa hasta el asombro. Ese viaje tampoco es transformador, a menos usted sea un cliente que se deja seducir con cuentos y le gusta pagar para que otros lo sorprendan. Viajar es una palabra que se queda corta por los efectos que tiene en las personas. Yo diría que los viajes y las crisis, son poderosas máquinas de cambio, el resto, son cuentos. Luego les hablaré de la crisis que llegó con mi regreso a Colombia. Pd: El Día Nacional de la Lucha contra la Corrupción es el 18 de agosto. Transparencia por Colombia realiza una campaña con el HT #NoMeResigno. En Transparencia en el deporte nos unimos con la campaña #TransparenciasinExcusas
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AutorNo estoy esperando NADA. Mi momento es aquí y ahora. Es HOY, es YA. Archivos
Febrero 2024
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