No estás rodeado de idiotas, solo estás interactuando con personas con diferentes actitudes, valores y patrones de conducta. Esa es la idea de Thomas Erikson en su libro Rodeado de idiotas: los 4 tipos de comportamiento humano y cómo comunicarse con ellos en los negocios y la vida. Este mensaje no es para ti, así que no te enganches; es la reseña de un libro que leí hace poco y se llama así. No estás rodeado de idiotas, solo estás interactuando con personas con diferentes actitudes, valores y patrones de conducta. Esa es la idea de Thomas Erikson en su libro Rodeado de idiotas: los 4 tipos de comportamiento humano y cómo comunicarse con ellos en los negocios y la vida. El título engancha, ¿cierto? Eso pensaron Erikson y su editor cuando titularon este libro en 2019. Lo curioso de todo esto es que el libro retoma los tipos de personalidad descritos por Hipócrates en el siglo V A.C. Erikson los clasificó en colores por simplicidad: rojo, amarillo, verde y azul. Un sistema antiguo, reempacado con colores Erikson recupera el planteamiento de los cuatro temperamentos de Hipócrates: colérico, sanguíneo, flemático y melancólico. Sin embargo, para hacer el concepto más accesible y memorable, los traduce a un código de colores: Rojo (Dominante): Ambiciosos, competitivos, líderes naturales. Piensa en figuras como Steve Jobs o Margaret Thatcher. Amarillo (Inspirador): Optimistas, confiados, sociables y llenos de energía, como Barack Obama. Verde (Estable): Tranquilos, tolerantes y amigables, representados en personas como Michelle Obama o Gandhi. Azul (Analítico): Perfeccionistas, detallistas e introvertidos, al estilo de Bill Gates o Albert Einstein. (Cuéntame en privado con cuál color te identificas). Para Erikson, nadie pertenece exclusivamente a un solo color. Más bien, predominan dos tipos, lo que explica la complejidad del comportamiento humano. Por ejemplo, los "azules" suelen compartir características con los "verdes" por su naturaleza reservada, mientras que los "rojos" y "amarillos" tienden a ser más proactivos y extrovertidos. ¿Innovación o reciclaje? La virtud del libro es su capacidad para explicar conceptos complejos de forma clara y accesible. El uso de colores, ejemplos concretos y un tono casual facilita que cualquier lector, con o sin formación en psicología, pueda identificar patrones de comportamiento y reflexionar sobre sus propias interacciones. Sin embargo, hay una crítica que no puede ignorarse. Aunque Erikson reempaqueta el sistema con colores y ejemplos modernos, no deja de ser una reinterpretación simplista de teorías mucho más profundas. El modelo ignora matices fundamentales del comportamiento humano y puede llevar al lector a encasillar a las personas en categorías rígidas. Además, carece de un respaldo científico sólido que valide su aplicación universal. Conflictos y estrategias: Aplicación a la vida diaria Además de identificar los rasgos principales de cada color, Surrounded by Idiots destaca que cada tipo de personalidad tiende a enfrentar conflictos específicos en sus interacciones. Por ejemplo: Rojo (Dominante): Los rojos suelen entrar en conflicto cuando sienten que no tienen el control, enfrentan decisiones lentas o perciben falta de competencia en los demás. Su estilo directo y competitivo puede ser percibido como agresivo. Estrategias:
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Más allá de los colores El mayor valor de este libro no radica en su sistema de colores o en sus ejemplos llamativos, sino en su mensaje implícito: la clave para relaciones más saludables está en la empatía y el entendimiento. Pensar que estás rodeado de idiotas solo refleja una falta de esfuerzo para comprender a los demás. Como reflexiona Erikson, todos tenemos fortalezas y debilidades, y el reto es aprender a adaptarnos al estilo de comunicación de quienes nos rodean. Puede que no estés rodeado de idiotas, pero definitivamente estás rodeado de personas únicas que merecen ser entendidas. ¿Vale la pena leerlo? Surrounded by Idiots es un libro entretenido, práctico y de lectura ligera. Es ideal para quienes buscan herramientas inmediatas para mejorar su comunicación en entornos laborales o personales. Sin embargo, los lectores más críticos o con formación en psicología podrían encontrarlo demasiado simple.
Comentarios
Por rara que parezca la máxima: “perder es ganar un poco”; en la política como en la vida, tiene algo de razón, tiene algo de positiva. Ganar no siempre es tan bueno, el que pierde se repliega, reflexiona, planea y vuelve por lo suyo. La tercera ley de Newton funciona en los humanos: “con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria”, las acciones emprendidas por los sectores del No, tuvieron reacciones proporcionales y en el sentido contrario.
Después de comprobar que la ley de acción y reacción funciona en los humanos, los invito a que no lean este post.
Estuve a favor del SI en el plebiscito porque aún me parecen sensatos los acuerdos, porque darles una oportunidad a las FARC no era entregarles el país, era darles una oportunidad, y por ahí derecho, era darnos una oportunidad a nosotros de ser más tolerantes y pasar la página, escribir una historia diferente. Con el voto a favor del No a los acuerdos, la tristeza y la decepción ya pasaron, son cosa del pasado, lo curioso de todo esto es ver como la tercera ley de Newton funciona en los humanos, en este caso, en la política. Dice esta ley de la física que: “Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: quiere decir que las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto.” En este país, ocurrió algo así, las acciones emprendidas por los sectores del No, tuvieron reacciones proporcionales y en el sentido contrario.
Si la idea era que Santos se quedara sin el Nobel, la comunidad internacional lo respalda y le otorga el premio como respaldo para que termine la tarea.
Si la idea era promover el rechazo a las negociaciones con grupos ilegales, el gobierno anuncia un nuevo proceso con el ELN. Si la idea era fortalecer el Centro Democrático, el partido se divide con los brotes de honestidad de sus dirigentes. Si la idea era tergiversar el contenido de los acuerdos, terminaron estudiándolos mejor para proponer a partir de ellos. Si la idea era dividir, hoy estamos unidos los del SI y los del NO para exigir un acuerdo ya.
Cuando vi que el NO había traído al diálogo a la guerrilla del ELN, había llevado a la Casa de Nariño a los representantes de la ultraderecha, y al enemigo del presidente (otrora su mejor aliado), había hecho que un político dijera la verdad ante los medios y nos contara cómo hicieron su campaña y cómo engañaron a sus seguidores; me dí cuenta que en esta ocasión, por raro que parezca, “perder es ganar un poco.” En la política como en la vida, ganar no siempre es tan bueno, el que gana celebra, se embriaga, se distrae, se regocija; el que pierde se repliega, reflexiona, planea y vuelve por lo suyo.
Los líderes del NO (nos sus seguidores ni sus trolls) tienen ahora la responsabilidad de hacer propuestas viables, sensatas, realistas; tienen la oportunidad de ser más tolerantes y tener en cuenta que viven en un país diverso y complejo. No es momento ni es sensato promover una mesa de tres patas, no es viable llevar al Centro Democrático a negociar con las FARC, este partido deberá, gústele o no, ponerse la camiseta del gobierno y apoyar un acuerdo final con las FARC, el costo político de no hacerlo sería enorme, muy negativo para ellos. La renegociación de los acuerdos es entre el gobierno y las FARC, eso pone a los líderes del No, a los líderes del Centro Democrático y a todos los activistas del No de lado del gobierno. Otra vez la ley de Newton actuando, por eso los invito a no leerme; ¡qué paradoja! Los miembros de la extrema derecha, son ahora quienes abogan por un acuerdo más incluyente. |
AutorNo estoy esperando NADA. Mi momento es aquí y ahora. Es HOY, es YA. Archivos
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