Uno cree que no hace parte del problema ni de la solución. La idea de que la paz somos todos y entre todos la construimos es muy bonita, algo idealista, pero, en el fondo, práctica. Es una trampa, pensar, sentir y actuar como si nada tuviéramos que ver con la paz. Como ciudadanos sí construimos la paz. Y lo hacemos constituyendo una ciudadanía activa, que vigile las acciones del Estado.
Vivir en paz no es vivir sin conflictos, vivir en paz es tener la capacidad de gestionarlos sin afectar las partes. Hablemos de paz en condiciones de igualdad, justicia y trabajo para todos. Cuando falta alguno de ellos, es muy difícil hablar y por supuesto; vivir en paz.
Colombia es uno de los países con más desigualdad en el mundo. En condiciones de desigualdad es muy difícil tener una paz sostenible. Con todo lo que significa y representa para una sociedad un proceso de paz, deberíamos ir más allá de los acuerdos y entender un sistema que por naturaleza es inequitativo.
Es algo desalentador hablar de paz en Colombia; porque uno cree que no hace parte del problema ni de la solución. La idea de que la paz somos todos y entre todos la construimos es muy bonita, algo idealista, pero, en el fondo, práctica. Es una trampa, pensar, sentir y actuar como si nada tuviéramos que ver con la paz.
Como ciudadanos sí construimos la paz. Y lo hacemos constituyendo una ciudadanía activa, que vigile las acciones del Estado en en la ejecución del presupuesto. En Colombia existen leyes para todo, la ciudadanía tiene herramientas para exigir su cumplimiento, pero, para eso, primero hay que conocer esas normas. Un documento que todos debemos conocer: El Conpes (Consejo Nacional de Política Económica y Social) 167, reconoce la ineficiencia de las herramientas y mecanismos para la prevención, investigación y sanción de la corrupción. Esto significa que existen las normas y mecanismos, pero son ineficientes, no son utilizados y/o no producen los resultados esperados. Desde el año 2014, en Colombia existe una ley (1712 de 2014) y un decreto reglamentario (1081 de 2015) sobre Transparencia y Derecho de Acceso a la Información Pública Nacional. En la práctica, estas normas significan; que todos los ciudadanos tienen derecho a conocer la información que soliciten a las entidades del Estado.
En Colombia hay un Observatorio de la Transparencia contra la Corrupción. Hay una página con fuentes y recursos que se llama Caja de Herramientas donde pueden documentarse mucho más sobre el tema: http://www.anticorrupcion.gov.co/Paginas/caja-herramientas.aspx
También existe una Secretaría de Transparencia que pertenece a la Presidencia de la República. Esa misma secretaría tiene un sitio en la web con recursos y herramientas útiles para la ciudadanía http://www.secretariatransparencia.gov.co/Paginas/default.aspx En este enlace aparece la hoja de ruta con las estrategias que el Gobierno mediante el Conpes 167 ha habilitado para social su plan contra la corrupción: http://www.anticorrupcion.gov.co/Documents/manual-caja-herramientas.pdf Otro sitio para conocer más el sobre el tema es: http://transparenciacolombia.org.co Se necesitan ciudadanos para que hacer control social, para hacerle sentir a los hombres poderosos que están siendo vigilados y que los recursos públicos son sagrados.
Comentarios
Por rara que parezca la máxima: “perder es ganar un poco”; en la política como en la vida, tiene algo de razón, tiene algo de positiva. Ganar no siempre es tan bueno, el que pierde se repliega, reflexiona, planea y vuelve por lo suyo. La tercera ley de Newton funciona en los humanos: “con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria”, las acciones emprendidas por los sectores del No, tuvieron reacciones proporcionales y en el sentido contrario.
Después de comprobar que la ley de acción y reacción funciona en los humanos, los invito a que no lean este post.
Estuve a favor del SI en el plebiscito porque aún me parecen sensatos los acuerdos, porque darles una oportunidad a las FARC no era entregarles el país, era darles una oportunidad, y por ahí derecho, era darnos una oportunidad a nosotros de ser más tolerantes y pasar la página, escribir una historia diferente. Con el voto a favor del No a los acuerdos, la tristeza y la decepción ya pasaron, son cosa del pasado, lo curioso de todo esto es ver como la tercera ley de Newton funciona en los humanos, en este caso, en la política. Dice esta ley de la física que: “Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: quiere decir que las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto.” En este país, ocurrió algo así, las acciones emprendidas por los sectores del No, tuvieron reacciones proporcionales y en el sentido contrario.
Si la idea era que Santos se quedara sin el Nobel, la comunidad internacional lo respalda y le otorga el premio como respaldo para que termine la tarea.
Si la idea era promover el rechazo a las negociaciones con grupos ilegales, el gobierno anuncia un nuevo proceso con el ELN. Si la idea era fortalecer el Centro Democrático, el partido se divide con los brotes de honestidad de sus dirigentes. Si la idea era tergiversar el contenido de los acuerdos, terminaron estudiándolos mejor para proponer a partir de ellos. Si la idea era dividir, hoy estamos unidos los del SI y los del NO para exigir un acuerdo ya.
Cuando vi que el NO había traído al diálogo a la guerrilla del ELN, había llevado a la Casa de Nariño a los representantes de la ultraderecha, y al enemigo del presidente (otrora su mejor aliado), había hecho que un político dijera la verdad ante los medios y nos contara cómo hicieron su campaña y cómo engañaron a sus seguidores; me dí cuenta que en esta ocasión, por raro que parezca, “perder es ganar un poco.” En la política como en la vida, ganar no siempre es tan bueno, el que gana celebra, se embriaga, se distrae, se regocija; el que pierde se repliega, reflexiona, planea y vuelve por lo suyo.
Los líderes del NO (nos sus seguidores ni sus trolls) tienen ahora la responsabilidad de hacer propuestas viables, sensatas, realistas; tienen la oportunidad de ser más tolerantes y tener en cuenta que viven en un país diverso y complejo. No es momento ni es sensato promover una mesa de tres patas, no es viable llevar al Centro Democrático a negociar con las FARC, este partido deberá, gústele o no, ponerse la camiseta del gobierno y apoyar un acuerdo final con las FARC, el costo político de no hacerlo sería enorme, muy negativo para ellos. La renegociación de los acuerdos es entre el gobierno y las FARC, eso pone a los líderes del No, a los líderes del Centro Democrático y a todos los activistas del No de lado del gobierno. Otra vez la ley de Newton actuando, por eso los invito a no leerme; ¡qué paradoja! Los miembros de la extrema derecha, son ahora quienes abogan por un acuerdo más incluyente. |
AutorNo estoy esperando NADA. Mi momento es aquí y ahora. Es HOY, es YA. Archivos
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