Por conversaciones que he tenido sobre el tema con varios profesores coreanos, las opiniones están divididas; quienes se oponen, piensan que llevar unos Olímpicos de Invierno a una región pequeña con 300,000 habitantes como Gangneung es costoso e innecesario, que los escenarios deportivos serán elefantes blancos o tendrán que utilizarse para cosas diferentes al deporte. Quienes apoyan, creen que estos Juegos serán tan importantes como lo fueron los de Seúl en 1988 por dos razones; primero, para mejorar las relaciones con Corea del Norte y facilitar el diálogo, y la segunda, liderar el desarrollo de los deportes de invierno en Asia.
Las reuniones entre representantes de Corea del Norte y del Sur y el cubrimiento mediático han dejado ver que las opiniones están divididas. Algunos están de acuerdo y apoyan, mientras otros salen a la calle a protestar contra la llegada de tropas norteamericanas a realizar ejercicios militares en la península, o el uso del deporte en la política.
Los Olímpicos de PyeongChang han sido presentados como los Juegos de la Paz. Al respecto, el profesor Kim de la Universidad Cheongju realizó una encuesta con 762 personas para conocer la percepción, actitud e intenciones de los coreanos frente a los Olímpicos como una manifestación de paz. Se les preguntó en una escala de 1 a 10 si estaban de acuerdo con esta afirmación (1, altamente en desacuerdo y 10 altamente de acuerdo). Los resultados mostraron que:
Frente a la percepción, el puntaje promedio fue de 6.35 ante la expresión: “Los Olímpicos de PyeongChang son los ‘Juegos de la Paz’”. Frente a la actitud, a las personas se les preguntó si les gustaba que se refirieran a las Juegos de PyeongChang como los ‘Juegos de la Paz’” y el puntaje promedio fue de 5.79. Es decir, un poco más de la mitad están de acuerdo con esa afirmación. Por último, para conocer las intenciones, se les preguntó si estarían dispuestos a pagar más impuestos para ayudar a promover la paz después de los Juegos de PyeongChang, y el puntaje promedio fue de 5.52. Los estudios independientes sobre organizar los Juegos Olímpicos son consistentes mostrando que no se aumenta el empleo, ni el ingreso, ni la participación en deporte de los espectadores como es prometido por los organizadores. Mi opinión es que estos Juegos confirmarán esas hipótesis. No se aumentará el número de personas que practican deportes de invierno en Corea, tampoco se disparará el turismo ni la economía de la provincia de Gangneung. Pero gran parte de los coreanos están orgullosos por haber demostrado su capacidad de trabajo, organización, desarrollo y tecnología. Quienes apoyan los Juegos sienten que los Olímpicos son la recompensa por muchos esfuerzos del pasado.
Comentarios
Al final de los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín, más de treinta mil personas estaban en el estadio Olímpico. Esperaban la llegada de los atletas alemanes en uno de los eventos más importantes de los Juegos: La carrera de maratón.
En noviembre presenté este ensayo al Comité Organizador del Foro anual que organiza el programa Dream Together. El ensayo no fué seleccionado, pero yo me sentí muy bien por esta historia que quise contar. Lo publico en mi blog porque quiero que ustedes la conozcan, y porque aquí el comité editorial soy yo. Aquí aparecemos casi todos participantes del foro.
Para sorpresa de todos, en el primero y tercer puesto, estaban dos atletas japoneses, seguidos por Ernest Harper de Gran Bretaña. Después de dos horas y veintinueve minutos, llegaba Kitei Son, llenándose de gloria en los Olímpicos. Más importante que esto, y el hecho de que Son había roto el récord de la maratón el año pasado en noviembre; es que los atletas eran coreanos, y sus nombres reales eran Son Kee-chung en el primer y Nam Seung-yong en el segundo lugar. Ambos fueron forzados a llevar nombres japoneses y representar el país, porque Corea en ese tiempo, estaba ocupada por fuerzas japonesas. Más tarde, un periódico en Corea, el Dong-a-Ilbo, publicó un cable con la fotografía de Son en el pódium, con la bandera de Japón alterada en el saco de Son. El periódico fue suspendido (IOC, 2017). Más tarde, en 1948, Son tenia el honor de llevar la bandera de Corea del Sur en la ceremonia inaugural de los Olímpicos de Londres, esta vez como una nación independiente. Por esos días, Corea era una nación oprimida por la guerra y la pobreza. Más recientemente, en un país renovado, en 1988; Son entraba al estadio Olímpico de Seúl, llevando la llama olímpica. Son tenía 76 años en ese momento, marcando un momento histórico para Corea y el Olimpismo. La vida de Son es inspiradora, después de su retiro, siguió involucrado en el deporte como entrenador, llevando a sus deportistas a ganar varias veces la maratón de Boston y la medalla de oro de Barcelona. Son se convirtió el Jefe de la Asociación Coreana del Deporte y escribió su autobiografía llamada Mi Madre patria y la Maratón. Como pudimos ver, Son es un legado, es un ejemplo de lo que es un legado Olímpico, él es la evidencia un legado social.
Ahora, enfrentando el futuro, Corea está en la agenda Olímpica; esta vez organizando los Juegos Olímpicos. Sus ciudadanos están orgullosos por esto y por atletas como Son. Ellos inspiran a la nación a través del deporte, dejando un legado intangible, llenando el país de esperanza y orgullo, como lo hizo en los Olímpicos de 1936.
Los hechos de esta historia fueron consultados en noviembre en el sitio https://www.olympic.org/kitei-so
Imagen tomada de http://www.gettyimages.com
|
AutorNo estoy esperando NADA. Mi momento es aquí y ahora. Es HOY, es YA. Archivos
Agosto 2023
Categorías
Todo
|