¿Por qué brindaremos esta vez?
—preguntó sin dejar aquella especie de ironía-- ¿Por que podamos confundir a la Policía del Pensamiento? ¿Por la muerte del Hermano Mayor? ¿Por la humanidad? ¿Por el futuro? —Por el pasado —dijo Winston. —Sí, el pasado es más importante.
La telepantalla ahora está en nuestros bolsillos, es más eficiente que un dispositivo estático. Además, es amigable porque se nos presenta un “Gran Hermano” en forma de redes sociales y aplicaciones que nos prestan ciertos servicios de manera “gratuita.”
Orwell, que se llamaba Eric Arthur Blair, nació el 25 de junio de 1903. Llevaba siete años trabajando en esta novela que publicó en 1948, pensando en cómo sería el futuro, en 1984. Este clásico que parece no pasar de moda, narra la historia de Winston Smith, un funcionario de un gobierno socialista (llamado Socing en el libro) encargado de redactar un diccionario en “Nuevalengua”, un nuevo idioma que reemplazaría al inglés. En el libro, se esperaría que para el 2050, todo el mundo se comunicara en Nuevalengua.
Con el control de la lengua, se imponía una única visión del mundo, una forma de pensar para contradecir cualquier pensamiento herético. Controlando el lenguaje se controlan las personas, eliminando la cantidad y significado, de palabras ambiguas y disponibles. La creación de la Nuevalengua está apoyada en el doblepiensa, un creativo sistema del Partido donde se crean dos verdades contradictorias al mismo tiempo. En el transcurso de la historia, Winston tiene pensamientos contra el partido y el gobierno, además, sabe que no pueden ser expresados porque serían castigados por el Gran Hermano (o Hermano Mayor) y la Policía del Pensamiento. Pero ¿Quién es el Gran Hermano? El GH es un misterio porque nadie lo ha visto y no se sabe si es una persona o si es una imagen. Lo que se sabe es que aparece en pantallas (telepantallas en la novela) que vigilan, informan y se comunican con los ciudadanos. Para mí el GH es el Big Data, o mejor aún, las empresas que administran y manejan el Big Data, ahí está el GH. En términos prácticos, el Big Data es el gran volúmen de información en forma de datos que son extraídos para obtener información sobre nosotros. El GH se hace visible en otro invento genial de Orwel: La telepantalla. La telepantalla, es un dispositivo audiovisual del Partido, que está instalado en todas partes. Con la telepantalla se vigila lo que las personas dicen y piensan; se informan los logros y las estadísticas que el gobierno quiere que sus ciudadanos vean y escuchen, además se comunica porque las personas pueden responder al GH a través de ella. “En comparación con el año pasado había más comida, más ropa, más casas, más muebles, más utensilios de cocina, más combustible, más barcos, más helicópteros, más libros y más recién nacidos... más de todo, excepto enfermedad, delitos y locura.” Me pregunto si la telepantalla puede entenderse como los televisores planos donde recibimos información en casi cualquier lugar al que vamos. No lo sé, hoy en día los televisores están equipados con dispositivos para realizar videollamadas y enviar información de retorno (feedback) a las compañías interesadas en conocer las expresiones de las personas al estar expuestos a cierto tipo de información. La telepantalla también podría ser la que tenemos en el bolsillo todo el día, es más eficiente que una pantalla estática y además es más amigable, porque se nos presenta un “Gran Hermano” amistoso, en forma de redes sociales y aplicaciones para celulares que nos prestan ciertos servicios de manera “gratuita.” El Partido del gobierno, se encarga de perseguir y torturar a quienes piensen diferente, los somete física y psicológicamente hasta que confiesan sus faltas, lavan sus cerebros con severos castigos que las víctimas terminan identificándose y amando a sus secuestradores. ¿Qué pasa con Winston y sus revolucionarias ideas? Winston tiene amigos en el Partido en quienes confía, tiene un romance con una mujer de la cual sospecha. Los invito a leer 1984 y conocer qué pasa con Winston a final. Hice una revisión y filtré doce notas del libro. Aquí hay una selección separadas por temas. Pueden compartirlas en sus redes y comentarlas.
Comentarios
Quitarse la vida es algo tan personal, que exige una tranquilidad absoluta.
Arto Paasilinna
En diciembre hice un viaje en el sabía que iba a tener mucho tiempo “muerto” en aviones, trenes y buses, entonces compré un libro para acompañarme en esos momentos. El título me llamó la atención por su nombre: Delicioso suicidio en grupo. De Paasilinna. Escribo esta reseña para animarlos a que lo lean, a que le quiten treinta minutos a la televisión en el prime time, o en su tiempo libre.
La historia es bien divertida; se trata de un gerente (Onni Rellonen) que ha fracasado en diferentes empresas y ha tomado la decisión de suicidarse con un arma de fuego; el hombre está buscando un lugar abandonado para terminar con su vida sin que sea muy traumático. “La muerte no es un suceso muy hermoso ni limpio, que se diga. Había que encontrar un lugar protegido para que el cuerpo, por más feo que fuera, no acabase expuesto al azote de la lluvia, ni a las cagadas de los pájaros.” Entonces sale a caminar y llega a una bodega abandonada. Cuando ingresa en el sitio, encuentra un hombre colgado de una soga al cuello; su reacción en el escenario fue la más natural de todas, ayudar al tipo que todavía estaba vivo, suspendido en la soga. El tipo que agoniza en la bodega es un coronel cansado con la vida (el coronel Kemppainen), que también ha fracasado en varios intentos de suicidio. Ambos tipos se ponen a conversar y se dan cuenta que tienen muchas cosas en común: entre ellas, sus ideas sobre la vida y la muerte y la casualidad de encontrarse en el mismo lugar a la misma hora para el mismo fin.
Los tipos se hacen tan amigos que comparten unos días en la casa del gerente y tienen una idea descabellada: Convocar personas con los mismos deseos de suicidarse para hacer un suicidio colectivo, hacer del suicidio un acto monumental, histórico. “Un intento de suicidio es algo que puede unir a los seres humanos, en eso estaban de acuerdo”. Para el coronel “un suicidio llevado a cabo de forma colectiva podría resultar en cierto modo más profesional que uno individual y chapucero”.
El libro se pone muy bueno en el nudo de la historia, porque después de poner un anuncio en el periódico, reciben cientos de solicitudes, consiguen una asistente suicida y logran organizar un grupo de personas que viajan por Suecia, Alemania, Noruega y terminan su viaje en Portugal. ¿Cómo termina la historia? No les cuento el final porque quiero animarlos a que lean el libro; lo que les puedo asegurar es que van a disfrutar con la descripción de las situaciones y las ideas tan geniales y absurdas de los personajes que viajan por Europa en bus. El hábito de la lectura es necesario y enriquecedor, sobretodo si la lectura es compleja, si la lectura demanda la atención y concentración del lector. Ideal si se leen temas ajenos al trabajo o al estudio; una novela, un ensayo, una historia que les llame la atención. Si han leído este post y han disfrutado la reseña, me gustaría saber qué están leyendo ahora o qué planean leer este año.
Los modelos educativos tradicionales, al igual que la figura del padre, estaban construidos sobre la base de una implícita cosmovisión conservadora y fundamentalista cristiana que asume que el mundo es peligroso y difícil, que las niñas y niños son malos por naturaleza, y que la tarea de los adultos, especialmente del padre, es convertirlos en buenos (...) La etimología de profesor nos lleva a “profeta”, aquel que interpreta la verdad de los dioses (...) El púlpito de las iglesias y la mesa del profesor tienen la misma función: el lugar desde el que se dicta la doctrina verdadera.
Torres analiza con una mirada muy crítica, el contexto, explica las razones de la desmotivación, y al final, se va en contra de los valores individualistas, capitalistas, neoliberales, cristianos y totalizantes, que caracterizan nuestra sociedad.
Empecemos con el fondo y terminemos con la forma. ¿Qué hay en el fondo? En el fondo está la historia, la cultura, las costumbres, las acciones que nos hacen ser como somos y el imaginario colectivo de lo que queremos que sean las personas. ¿Cómo deben ser los otros? ¿Cómo deben comportarse? ¿En ese imaginario tienen mucho que ver la escuela y la iglesia, y por supuesto, los profesores. ¿Y qué es la forma? en la forma están los currículos obligatorios, la formación docente, los salarios, los formatos, la burocracia, la evaluación, la autoevaluación, el escalafón... ¿Qué tiene que ver la globalización con todo esto?
“Estamos, una vez más, ante el “homo economicus”, un ser humano reducido a constituir un elemento más de la cadena productiva, una clase de mercancía económica; se trata de instruir a trabajadoras y trabajadores eficaces, flexibles, polivalentes y fieles a los intereses de quien les contrata”.
Algo deja claro Torres en el libro -idea que comparto- y es que la globalización está lejos de regirse por los Derechos Humanos; la globalización le permite a los dueños del capital movilizarlo entre los países, pero se les impide a las personas hacerlo, por eso se militarizan las fronteras y se restringe a las personas trabajar en otros países. Para Torres, “las posibilidades de subsanar tales injusticias, errores y desajustes tienen más ocasiones de remediarse en un mundo globalizado, pero regido por la democracia y valores como la fraternidad y la justicia social.” La globalización y el pragmatismo social hacen que la educación se vea como un sistema subordinado a las demandas del mercado. El sector educativo al servicio de la empresa. Las políticas macroeconómicas que dictan organismos mundialistas como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Consejo de Europa o la Organización Mundial del Comercio orientan la educación para que esta tenga un carácter utilitario, “los contenidos ofertados para los estudiantes son analizados y seleccionados desde ópticas pragmatistas y mercantilistas”. Se educa a las personas para que aprendan a ser buenos empleados, obedientes con la autoridad, acríticos, individualistas y polivalentes. El tipo de educación que van a demandar familias y estudiantes, son los saberes que van a servir para intercambiar en el mercado laboral, o sea, para garantizar el éxito económico y social.
Los problemas y las consecuencias de este tipo de educación son profesionales alejados de la una cultura política y social crítica, reflexiva, indiferentes con los grupos sociales marginados, aislados del contexto y del ejercicio de sus deberes y derechos como ciudadanos democráticos, solidarios y generosos.
“Los discursos públicos de los grupos conservadores y neoliberales apelan insistentemente a la defensa militar, a la reclamación de un endurecimiento de las penas y las políticas de reclusión en cárceles de los miembros de las clases sociales más desfavorecidas, por motivos cada vez más nimios, se van convirtiendo en hegemónicas.” La tarea del profesor influye poco o nada en sus estudiantes, en la formación de su identidad. El pulso por la formación de esa identidad está siendo ganado por la sociedad de consumo, los medios, y las tecnologías de la información y la comunicación, están gestando personas con necesidades y deseos en constante cambio, cambio que les exige diferenciarse de los adultos, hablar, vestirse, comportarse de una manera diferente. Las conductas y los hábitos les sirven para diferenciarse del mundo adulto. En la formación de los profesores, resalta la pobreza en las políticas de actualización cultural y psicopedagógica, luego, cuando se les capacita, los cursos programados están al margen de sus intereses y necesidades. Por último, la forma de retenerlos en estos cursos, es obligándolos a firmar una hoja de control para verificar su asistencia y permanencia.
La motivación en los estudiantes debe estar adentro y no afuera, los deseos de aprender, la emoción de experimentar y encontrar algo nuevo necesita un entorno diferente al que tenemos hoy, uno diferente al de las amenazas y las sanciones, el premio y el castigo, tal y como pretendían los modelos conductistas de la psicología del aprendizaje. Esta forma de enseñar, difícilmente podrá conseguir que los estudiantes se involucren con los contenidos que obligatoriamente tienen que estudiar.
La burocracia en el sistema educativo da para otro libro, de hecho, encontré otro con un título explosivo: La utopía de las normas: De la tecnología, la estupidez y los secretos placeres de la burocracia. Sobre el tema, hay que decir lo frustrante que es para los profesores, perder su tiempo llenando un montón de papeles, planificar sobre calendarios irreales con rutinas burocráticas, cumplir con tareas mecánicas que, por la prontitud y el afán de los administradores, nunca van a ser leídas o tenidas en cuenta para actuar. Ver libro.
Tomado La ausencia de una cultura democrática en las prácticas de las escuelas es otra fuente de desmotivación, al respecto, concluye Torres: “una cosa es enseñar teóricamente lo que es la democracia y otra, muy distinta, es aprender a vivir la democracia y a perfeccionar su funcionamiento día a día. El compromiso en la formación de una ciudadanía democrática demanda una institución escolar en la que se hagan realidad los principios éticos.”
En este momento histórico, los profesores son responsabilizados por la calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje, mientras se invisibilizan los centros formativos y los otros actores del Estado, esta estrategia busca por un lado, subvalorar la calidad de la educación pública y justificar la privatización de la educación. Coda: “Trabajar como docente implica confiar en las posibilidades de aprendizaje del alumnado y transmitirle entusiasmo por las tareas que se le proponen, así como acerca de sus posibilidades de éxito. Una pedagogía autoritaria nunca puede educar una ciudadanía responsable y democrática; su finalidad es adoctrinar y enseñar a ser súbditos, personas sin autonomía, completamente sumisas y dependientes”. |
AutorNo estoy esperando NADA. Mi momento es aquí y ahora. Es HOY, es YA. Archivos
Febrero 2024
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