Por rara que parezca la máxima: “perder es ganar un poco”; en la política como en la vida, tiene algo de razón, tiene algo de positiva. Ganar no siempre es tan bueno, el que pierde se repliega, reflexiona, planea y vuelve por lo suyo. La tercera ley de Newton funciona en los humanos: “con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria”, las acciones emprendidas por los sectores del No, tuvieron reacciones proporcionales y en el sentido contrario.
Después de comprobar que la ley de acción y reacción funciona en los humanos, los invito a que no lean este post.
Estuve a favor del SI en el plebiscito porque aún me parecen sensatos los acuerdos, porque darles una oportunidad a las FARC no era entregarles el país, era darles una oportunidad, y por ahí derecho, era darnos una oportunidad a nosotros de ser más tolerantes y pasar la página, escribir una historia diferente. Con el voto a favor del No a los acuerdos, la tristeza y la decepción ya pasaron, son cosa del pasado, lo curioso de todo esto es ver como la tercera ley de Newton funciona en los humanos, en este caso, en la política. Dice esta ley de la física que: “Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: quiere decir que las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto.” En este país, ocurrió algo así, las acciones emprendidas por los sectores del No, tuvieron reacciones proporcionales y en el sentido contrario.
Si la idea era que Santos se quedara sin el Nobel, la comunidad internacional lo respalda y le otorga el premio como respaldo para que termine la tarea.
Si la idea era promover el rechazo a las negociaciones con grupos ilegales, el gobierno anuncia un nuevo proceso con el ELN. Si la idea era fortalecer el Centro Democrático, el partido se divide con los brotes de honestidad de sus dirigentes. Si la idea era tergiversar el contenido de los acuerdos, terminaron estudiándolos mejor para proponer a partir de ellos. Si la idea era dividir, hoy estamos unidos los del SI y los del NO para exigir un acuerdo ya.
Cuando vi que el NO había traído al diálogo a la guerrilla del ELN, había llevado a la Casa de Nariño a los representantes de la ultraderecha, y al enemigo del presidente (otrora su mejor aliado), había hecho que un político dijera la verdad ante los medios y nos contara cómo hicieron su campaña y cómo engañaron a sus seguidores; me dí cuenta que en esta ocasión, por raro que parezca, “perder es ganar un poco.” En la política como en la vida, ganar no siempre es tan bueno, el que gana celebra, se embriaga, se distrae, se regocija; el que pierde se repliega, reflexiona, planea y vuelve por lo suyo.
Los líderes del NO (nos sus seguidores ni sus trolls) tienen ahora la responsabilidad de hacer propuestas viables, sensatas, realistas; tienen la oportunidad de ser más tolerantes y tener en cuenta que viven en un país diverso y complejo. No es momento ni es sensato promover una mesa de tres patas, no es viable llevar al Centro Democrático a negociar con las FARC, este partido deberá, gústele o no, ponerse la camiseta del gobierno y apoyar un acuerdo final con las FARC, el costo político de no hacerlo sería enorme, muy negativo para ellos. La renegociación de los acuerdos es entre el gobierno y las FARC, eso pone a los líderes del No, a los líderes del Centro Democrático y a todos los activistas del No de lado del gobierno. Otra vez la ley de Newton actuando, por eso los invito a no leerme; ¡qué paradoja! Los miembros de la extrema derecha, son ahora quienes abogan por un acuerdo más incluyente.
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Febrero 2024
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