Las organizaciones deportivas pasaron de ser organizadores eventos, a corporaciones que se les exige que tengan un mayor y mejor desempeño comercial, que cuenten con abogados especializados en temas antidopaje, temas comerciales, y derechos humanos; que desarrollen operaciones avanzadas en la transmisión de sus eventos; que se ocupen de la integridad deportiva (lo que eso signifique para ellos); y una gobernanza corporativa mucho más avanzada, en línea con sistemas de compliance utilizados en corporaciones privadas. Se les pide que tengan medidas efectivas contra el COVID-19, y que tengan relaciones armoniosas con el desarrollo de los e-sports y el deporte virtual.
En el 2019, publiqué un artículo en la revista Olímpica número 65, con las condiciones necesarias para obtener una implementación perfecta de una política pública. Algunas de esas condiciones implicaban que no existiera interferencia de agentes externos, que existieran tiempo y recursos ilimitados en cada fase de la implementación, que exista una teoría válida de causa y efecto, y que además existiera una relación directa entre las causas de los problemas y las soluciones que se están planteando; que exista una única agencia encargada de implementar las soluciones, que cada uno conozca y aplique las tareas, comunicación y coordinación perfectas, y que las autoridades exijan y reciban perfecta obediencia. Todos sabemos que ninguna de estas condiciones se cumple en la práctica, de allí que nuestra actitud como ciudadanos en ocasiones sea beligerante, apática, o demasiado crítica con el gobierno y las organizaciones deportivas. En esta entrada comenté los tropiezos monumentales en las políticas públicas, los cuales vienen cada cuatro años con otros discursos pero con las mismas prácticas.
Diez desafíos de las organizaciones en la implementación de buena gobernanza deportiva
Si bien es cierto que la Agenda 2020, y la Agenda 2020+5 son hojas de ruta del movimiento olímpico, y éstas identifican algunos desafíos y proponen algunas acciones, también es cierto que estas agendas se planean a puerta cerrada, y las soluciones se diseñan desde adentro, (curiosamente) con individuos que han creado estos problemas y tienen conflictos de intereses que socava la credibilidad de cualquier actuación futura. La solución no la tiene un solo actor, ni siquiera la academia, que se atribuye el poder del conocimiento, la solución está en manos de los actores y afectados con las decisiones. Para ir más a fondo sobre las causas y efectos de cada uno de estos desafíos, agruparlos y responder:
- ¿Cuál (es) de estos desafíos necesitan intervención de las autoridades y cooperación externa?
- ¿Cuál (es) de estos desafíos puede ser resuelto por la asamblea?
- ¿Cuál (es) de estos desafíos puede ser resuelto por el Comité Ejecutivo?
- ¿Cuál (es) de estos desafíos puede ser resuelto por el staff de la organización?
Si ha llegado hasta aquí, me encantaría conocer sus ideas.