Cuando uno tiene una creencia, o una preferencia por algo, busca información que la apoya, mientras ignora la información que la confronta. En muchas organizaciones, el proceso de socialización es pasivo, las personas están concentradas en aprender a familiarizarse con la cultura, y eliminar lo que los hace diferentes. El nuevo integrante de un equipo se disfraza para acomodarse a su rol en la obra. Se cambia a sí mismo para encajar.
Los equipos más fuertes no son los que piensan igual. El groupthink o el pensamiento grupal -tendencia a buscar el consenso en lugar de fomentar el disenso- es enemigo de la originalidad. En el groupthink, las personas se sienten presionadas por pertenecer al pensamiento dominante, a seguir el curso normal de la corriente. La idea de que los equipos más fuertes son los que están cohesionados porque comparten los mismos valores, normas y creencias, pierde fuerza porque acaba con la originalidad y la motivación del grupo. Estos equipos terminan comportándose más como un culto que como un equipo. Dice Adam Grant que: “Cuando un grupo se cohesiona, desarrolla una fuerte cultura -las personas comparten los mismos valores, normas y creencias, y creen en ellas intensamente. Entonces hay una fina línea entre tener una fuerte cultura y operar como un culto-”
Para desarrollar una fuerte cultura organizacional se necesita lo contrario al consenso, se necesita es fomentar la diferencia; ideas y pensamientos diferentes que aporten otras miradas, otras formas de ver el mundo, pensar por fuera de la caja, como dirían los viejos consultores en administración. Grant recomienda a los grupos y equipos, hacer de la diversidad, uno de sus valores centrales.
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Originals: How Non-Conformists Move the World (Originales: Cómo los inconformes mueven el mundo). Adam Grant. Amazon.
La sociedad del cansancio. Byung-Chul Han. 2012, Editorial: Herder.