La próxima vez que alguien le diga que en este país no hay plata para el deporte, muéstrele esta publicación. Por ejemplo, la Corporación para la Recreación Popular de Cali ejecutó cuatro contratos con Coldeportes por 14.596.390.761 Millones de pesos para diversas actividades que van desde la cooperación internacional hasta el deporte escolar, la promoción de la actividad física y las reservas deportivas del país.
Por otro lado, las FN de Tenis y Ciclismo, recibieron $ 240.000.000 y $ 666.500.000 respectivamente por el mismo concepto. También es curioso que la FN de Fisicoculturismo haya recibido un contrato por el mismo concepto por dos meses, por valor de 50 millones de pesos.
Otro particular en este ejercicio, es que Coldeportes apoye a la Federación Deportiva Militar con $167 millones de pesos para la preparación y organización de eventos, y que lo haga a través del Comité Olímpico Colombiano. Entiendo que el deporte federado tiene muchas dificultades y limitaciones para operar, pero… la Federación Deportiva Militar? Si hay alguna federación con recursos es esa, después de la FCF (fútbol). Otros contratos dejan dudas por falta de información. Aquellos por concepto de entrega de implementación deportiva con las FN de squash, rugby, tiro con arco y ajedrez sin valor en el reporte. ¿Por qué? Otros no podían pasar desapercibidos, como los cuatro contratos con la Corporación para la recreación popular de Cali, que terminó liderando el deporte escolar, social comunitario, convivencia y paz, promoción de la actividad física y cooperación internacional. Es curioso que uno de esos contratos tiene por objeto fortalecer las reservas deportivas del país. Uno se pregunta, por qué no lo hizo el COC? Por qué no hacen esta tarea los municipios y los clubes? Así debería ser de acuerdo a la ley 181 de 1995?Esta es apenas una fotografía del deporte federado en Colombia, ni que decir de la recreación, la actividad física y el tiempo libre, donde no hay sistema, donde lo que hay son miles de ONG´s persiguiendo contratos nacionales como los anteriores. En el 2017, le tocó el turno a Bosque Chispazos recreación, quién en dos meses (entre el 27 de octubre y el 29 de diciembre) ejecutó un contrato de prestación de servicios por $ 66.546.800 “para el desarrollo de las actividades contempladas en el Plan Institucional de Bienestar Social, Estímulos e Incentivos 2017 para los funcionarios y su núcleo familiar, según las condiciones técnicas exigidas”. Si desean conocer el listado completo, aquí está el enlace. http://www.coldeportes.gov.co/recursos_user/2017_Doc/Contratacion/Diciembre/CONTRATOS-SUSCRITOS-OCTUBRE-2017.pdf Si desean conocer el listado con el filtro por federaciones, aquí lo pueden ver:
La próxima vez que alguien le diga que en este país no hay plata para el deporte, muéstrele esta publicación, invítelo a utilizar los recursos para la transparencia que el estado dispone para ciudadanos como usted y yo. Hago esta publicación como parte de un ejercicio académico y ciudadano. No tengo conflicto de intereses en este asunto, pero debo hacer varias reflexiones antes de cerrar.
La primera, es que a pesar de los resultados del deporte nacional y del interés privado en utilizar el deporte como vehículo para promover sus productos y servicios, el mejor socio del deporte sigue siendo el estado. Esto tiene sus ventajas y desventajas, los problemas aparecen en el enfoque, la implementación y el control de esos apoyos. Seguir el dinero para tener un caso, decía la fiscal del caso Nuzman en Brasil. Segundo, que las organizaciones deportivas en Colombia como el Comité Olímpico, Paralímpico y las FN, no cuentan con estándares de gobernanza, de hecho, se auto-regulan, ejecutan recursos públicos bajo la figura de entidades privadas sin ánimo de lucro y la capacidad de control por parte de Coldeportes es insuficiente. A eso súmele la baja participación de los deportistas en la administración del deporte y el bajo interés de los aficionados por conocer la gestión del mismo. No podemos decir que sea un problema de formación académica, porque los dirigentes deportivos de este país en su mayoría son profesionales y llevan años al frente de las FN. Tercero, que estas entidades tienen una doble responsabilidad al ejercer su misión, primero con el estado y segundo con sus afiliados, quienes deben velan por la gestión transparente de estos recursos. Al final estamos los académicos y ciudadanos, quienes deberíamos interesarnos más por estos temas. Por último, estos organismos reclaman autonomía para auto-regularse, pero exigen apoyo estatal para financiarse. Las FN y el Comité Olímpico y Paralímpico tienen el monopolio del deporte en el país. Se necesita más gestión para que sean sostenibles y más control ciudadano para disminuir los riesgos de corrupción en el deporte. El objetivo de publicar estas cifras y hacer estas reflexiones, es invitar a los académicos y a la sociedad civil a realizar un seguimiento activo de la gestión pública del deporte, utilizar las herramientas que tenemos como ciudadanos para conocer la información, y pedir cuentas a las entidades responsables.
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Febrero 2024
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