Los dirigentes deportivos tampoco es que hayan sido ejemplos de buena conducta, y la explicación no es que son corruptos porque no estudiaron, porque no estaban preparados; de hecho, quienes más preparación han ostentado, más propensos a la corrupción han sido. La corrupción es humana, es tribal. Hay que domesticarla, no en sus justas proporciones; como lo dijo Julio César Turbay, expresidente de Colombia. La corrupción hay que dominarla con el control ciudadano, con la participación de las instituciones, que en el fondo, somos todos. Los muchachos juegan por pasión, los otros por dinero. Nos gusta el fútbol porque nos gusta creer que esos millonarios en pantalonetas, aún lo hacen por pasión. El espectáculo que vemos en televisión, es rara vez lo que vemos. Lo que vemos puede explicarse a la luz de lo evidente, el que hizo los goles, el que cometió la falta, el que la simuló... Pero una cosa es explicar y otra es comprender el asunto. El deporte es tan humano como la codicia, la ambición, el engaño y la corrupción en un escenario que ven millones de personas.
La corrupción en el deporte es tan antigua como la corrupción en la política, en la religión y en la sociedad. Nos indigna y nos parece increíble que en el deporte pueda haber ese tipo de cosas. El engaño es tan sutíl que los millones de espectadores creemos en lo que vimos, creemos que el encuentro deportivo se dió en condiciones de igualdad. Nos aterra que en el deporte puedan ocurrir estas cosas. Nos sorprende que algunos se presten para permitir cosas, para perder por deporte, las conductas omisivas en el deporte contradicen los valores que lo hacen tan atractivo para todos. El deporte honesto, moviliza en nosotros, necesidades humanas de pertenencia, identidad y solidaridad. Los dirigentes deportivos tampoco es que hayan sido ejemplos de buena conducta, y la explicación no es que son corruptos porque no estudiaron, porque no estaban preparados; de hecho, quienes más preparación han ostentado, más propensos a la corrupción han sido. La corrupción es humana, es tribal. Hay que domesticarla, no en sus justas proporciones, como lo dijo Julio César Turbay, expresidente de Colombia. La corrupción hay que dominarla con el control ciudadano, con la participación de las instituciones, que en el fondo, somos todos. El punto al que debemos ir como sociedad, es el ser -al menos pretenderlo- una ciudadanía activa, comprometida con el control del manejo que los poderosos le dan al deporte y sus instituciones. Nos hace falta empoderarnos, porque el deporte es de todos, porque no queremos seguir en manos de los mismos, padeciendo lo mismo. Los poderosos deben saber que detrás de las instituciones hay una ciudadanía que vigila, que pide información, que participa. En el mundo, las instituciones caminan en ese sentido y en Colombia no podemos quedarnos atrás. En el 2015 se fundó un sitio en varios idiomas que busca reformar la FIFA, para poner un ejemplo. Les dejo el sitio en este enlace: https://www.newfifanow.org/espantildeol.html Y los invito a participar: Qué tenemos que hacer en Colombia para evitar más corrupción en el deporte?
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Febrero 2024
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