De muy buenas fuentes me dicen que esta alerta en #Medellín es real, pero como se filtró imagen, se negó. #SomosAire #MeAhogaQue ¿Qué decir? pic.twitter.com/VPskUidgSf
— Sebas Grisales (@sebasgrisalesr) February 22, 2017
@mauroh06 Buena tarde. Te contamos que no se ha decretado alerta naranja por episodio crítico de contaminación atmosférica. Saludos
— Área Metropolitana (@Areametropol) February 22, 2017
El punto en la discusión no es si el 21 de febrero hubo o no alerta naranja; el punto es que hay zonas críticas en la ciudad donde la calidad del aire es peligrosa. Los gobiernos locales y nacional no podrán conseguir la sostenibilidad por decreto, tendrán que ser innovadores y radicales a la hora de solucionar un problema creciente y escalable como este. El problema de la contaminación ambiental es de todos y de nadie, eso es gravísimo porque nuestras acciones como individuos si se escalan, tienen consecuencias desastrosas e irreversibles para el medio ambiente, es evidente nuestra poca conciencia ambiental y la falta de alternativas para superarla.Se pueden hacer pequeños cambios en los hábitos como utilizar más el transporte público y menos el privado, compartir el vehículo con vecinos y compañeros, utilizar internet para salir menos a la calle y congestionar las vías.
Ya tuvimos una alerta roja en la ciudad en marzo del 2016 y las autoridades tuvieron que obligarnos a dejar los vehículos en casa, es hora de hacer algo.
Posdata: Para una buena salud, es mejor quedarse en la casa que salir a la ciclovía en plena avenida regional, evitar el smog del día y los olores del río Medellín. Las condiciones geográficas del Valle de Aburrá y la baja nubosidad algunos días en Medellín hacen del lugar donde vivimos, una chimenea con un tapón en el techo.