La serendipia es hacer predicciones acertadas del pasado. Mirémoslo de esta forma, todos sabemos que ocurrirá si ponemos una cubeta con agua en el congelador, cierto? eso sería una predicción del futuro; ahora, una predicción del pasado sería encontrar en una mesa un charco de agua. ¿Por qué está allí? Responder esa pregunta sería hacer una predicción del pasado. Entonces volviendo a las predicciones del pasado, sabemos que necesitamos pistas, señales del medio que nos permitan saber, qué pasó con ese charco en la mesa. La serendipia pueden ser los hallazgos y las conclusiones que solucionan un problema, que resuelven un misterio, al estilo Sherlock Holmes. Les contaré la historia.
El término deriva del inglés serendipity, utilizado por Horace Walpole en 1754 en un cuento llamado “Los tres príncipes de Serendip”. Rastreando el cuento de Walpole, encontré que el cuento tiene su orígen en una fábula persa. El cuento persa cuenta la historia de un rey que había dedicado parte de su fortuna a educarlos con los mejores profesores, sin embargo, pensaba que sus hijos necesitaban adquirir la sabiduría y experiencia que el mundo podía ofrecerles, entonces los obligó a realizar un viaje donde la pudieran adquirir.
Los muchachos emprendieron el viaje y en el camino, encontraron señales que les permitieron deducir que había un camello tuerto, cojo, al que le faltaba un diente, llevaba a cuestas una mujer embarazada y, además, llevaba miel en un lado y mantequilla en el otro. Cómo sabían todo eso? haciendo predicciones del pasado. Pero, sigamos con el cuento.
En el camino, un mercader que había perdido un camello, les preguntó por él; los muchachos respondieron con tantos detalles, que fueron acusados ante el emperador de haberse robado el camello. Serían llevados a juicio y allí tenían la oportunidad de ser escuchados; entonces los jóvenes expusieron sus deducciones:
Luego de conocer esta historia, pienso que para que haya serendipia, deben cumplirse dos condiciones; la primera es estar buscando algo, y la segunda, conectar los hechos y explicarlos hacia atrás. La historia de la ciencia está llena de serendipias; el descubrimiento de la penicilina por Alexander Fleming; el método que buscaba Arquímides para medir el volúmen de las cosas; la Ley de la Gravedad de Newton, el descubrimiento del fósforo por Brand cuando buscaba oro; los rayos X, el microondas...Todos estos ejemplos cumplen con esta doble condición.
Esta idea extraña de analizar hacia atrás, también ha sido descrita por Huxley, quien lo llamaba “profecías retrospectivas”. Los científicos y los detectives tienen trabajos similares, tienen que predecir el pasado reconstruyendo los hechos y encontrando relaciones causales, de la misma forma como lo hicieron los tres príncipes de Serendip.