Para Santiago Rios, el autor del blog, los hábitos son acciones que se hacen de manera repetitiva todo el tiempo. Yo diría que los hábitos son conductas aprendidas, ejecutadas con cierto grado de automatización. Ahora, si pensamos en los hábitos y sus consecuencias, podemos establecer dos categorías; una, que se refiere a los hábitos negativos, entonces entramos en el mundo de las adicciones, las ludopatías y las desviaciones en la conducta… Por el contrario, cuando hablamos de hábitos positivos, podemos ingresar al mundo de las habilidades; al realizar una actividad una y otra vez por muchas horas, muchos días, por muchos años, la actividad intelectual y/o motriz se automatiza creando un pathway o “vía rápida” en el sistema nervioso que le permite hacerlo de manera casi inconsciente, de manera automatizada. Para lograr la automatización sabemos que es necesaria la repetición, la práctica deliberada. El dominio de una actividad física o intelectual, transita por la vía negativa, por el camino de la práctica sistemática y la compulsión de hacer una actividad una y otra vez. Es paradójico que para lograr la maestría y dominio de algo, haya que parecer un enfermo, hacerlo muchas veces, bien decía Wilde que “Ningún artista grande ve las cosas como realmente son. Si lo hiciera, dejaría de ser artista”.
Siguiendo con las ideas del blog, nuestro cerebro puede y tiene la capacidad de aprender toda la vida; naturalmente, hay edades y etapas donde se aprende más fácil que otras, pero en condiciones normales, nuestro cerebro tiene la capacidad de aprender nuevas tareas, por eso la edad no debería ser una excusa para quien desee hacerlo. Para aprender, basta con escoger la actividad, tener un plan y hacer lo posible por cumplirlo; otro tema es la voluntad y el argumento que sostiene la tarea, de eso, el consumo de información y datos chatarra, pero de eso hablaré en otra ocasión.
De acuerdo con diferentes columnas y artículos de internet, un hábito se puede crear en 21 días. Apoyado en este número y en el deseo de hacer algo diferente, algo fuera de las rutinas y del estilo de vida que la sociedad nos impone, Felipe Castro Matos, un joven emprendedor de Portugal, se propuso un reto: levantarse a las 4:30 de la mañana por 21 días seguidos. El reto tiene una etiqueta en internet que se llama #21earlydays. Por cierto, muy activa.
Levantarse temprano
La experiencia fue compartida en las redes de Felipe, luego publicó un artículo en Medium con el nombre: “Lo que aprendí levantándome a las 4:30 de la mañana por 21 días.” La publicación tuvo tanta popularidad que luego fue llevada al magazín Business Insider con más de un millón de visitas. Pueden ver el video con la conferencia (12´) en la presentación o en en enlace más abajo. Si desea conocer más al respecto o experimentar el reto, pueden rastrear la etiqueta #21earlydays.
Los aprendizajes que le quedaron a Felipe con el reto entre otros, fueron tener más tiempo para trotar o ir al gimnasio, responder correos electrónicos sin respuestas inmediatas, contar con dos horas adicionales cada día, disfrutar el paisaje al amanecer y ser más productivo. Si bien esto es interesante, creo que la charla, el artículo y las etiquetas en internet tienen dos mensajes poderosos: El primero, es el poder transformador de los hábitos. Y segundo, las pequeñas acciones, pueden tener grandes efectos, producir grandes cambios. Esto aplica muy bien para las acciones bajo control, para las acciones personales, no creo que se produzca el efecto mariposa, una forma -errónea- de explicar las causas de algo. (Diariamente ocurren billones de cosas pequeñas fuera de nuestro alcance, no podemos relacionar el aleteo de una mariposa en Nueva Delhi con un huracán en Carolina del Norte)
21 días no son suficientes
Otro libro del que quiero hablar es The Genius in All of Us: New Insights into Genetics, Talent, and IQ que en mi traducción sería “El genio dentro de nosotros: Nuevas perspectivas sobre la genética, el talento y el Coeficiente Intelectual”. Este libro escrito por David Shenk, presenta datos históricos y científicos que demuestran que el talento es un mito, en su lugar, la habilidad y la destreza, son el resultado del trabajo consistente, concentrado, y aplicado en una dirección, gracias a una inclinación natural. Este libro (y otros) habla de un concepto bien interesante que es el de “práctica deliberada”. Shenk resalta la importancia de reconocer y cultivar desde la niñez las inclinaciones de alguien y facilitar la experiencia y la práctica desde los primeros años de vida. El primer ejemplo es el de Mozart, titulado The mystifying boy genius. Teniendo en cuenta que el pequeño Mozart a la edad de cinco años ya podía componer y que su mismo padre también lo promovió como un milagro que Dios haya permitido tenerlo en Salzburgo, miracle which God let be born in Salzburg. Sin profundizar en la historia, es necesario decir que el caso de Mozart es más interesante que misterioso, si se tiene en cuenta que su niñez fue tan particular como la de ningún otro.
Coda: Se necesitan 10,000 horas de práctica deliberada para ser un experto en algo.
Enlaces y sitios de interés
Blog mil palabras. http://blogs.eltiempo.com/mil-palabras/2015/10/03/como-se-crean-los-habitos-podcast/
Lo que aprendí en 21 días levantándome a las 4:40 am. https://www.youtube.com/watch?v=qOEB1Fr0_MM
El Genio entre nosotros. http://www.amazon.com/Genius-All-Us-Insights-Genetics/dp/0307387305
Haciendo Hábitos, Dejando Hábitos. https://www.amazon.es/Making-Habits-Breaking-Things-Change/dp/0306822628
El talento está sobrevalorado. http://www.amazon.com/Talent-Overrated-Separates-World-Class-Performers/dp/1591842948